La Enearkia (I) Orígenes



"Fijó en mí su mirada, lo sentí claramente a pesar de la gran distancia que nos separaba. Sentí como las cuencas vacías donde deberían estar sus ojos se clavaban en mi alma, me observaron con un odio incomprensible. Como un león que observa una hormiga y a pesar de considerarla insignificante la odia infinitamente porque sencillamente odia infinitamente todo lo que existe. En ese momento conocí el miedo"

- Hermano Sargento Thorkus, de los Panteras Blancas.

Se la ha conocido de muchas maneras a lo largo de los milenios y los mundos de la galaxia; la Maliciosa, Pesadilla Viviente, el Hada de las Lenguas, la Sin Piel, la Reina de Espinas, la Ratoncita Perelth, la Esclava Rebelde, Frederikha Krueger, la Sacatendones, la Loba Destripadora, o la Cenobita son solo unos entre los miles de títulos que se le han dado. Sin embargo los suyos la llaman Madre de los Parias y conocen que Deshena es su nombre real.


"Soy portadora del odio y el terror. Las sustancias con la que los oprimidos se rebelan y destruyen a sus opresores . Soy el espíritu con el que vuestros hijos nacen hasta que son domesticados. Soy Deshena. Estoy viva, y os digo que a partir de ahora sois libres"

- Deshena, durante la fundación de la Enearquía.



La Enearquía es una poderosa fuerza del Caos que adora a Malicia, el Dios del Caos del odio y del pavor. Está formada por elementos heterogéneos de diversos orígenes reunidos en torno a la princesa demonio Deshena, la Matriarca del Terror.

Bajo el mando de su demoniaca líder llevan a cabo su permanente cruzada de odio, tanto contra los adoradores de los Cuatro Poderes Siniestros como a los fieles al Dios Cadáver de Terra.


HISTORIA

"Los dioses deben ser todos destruidos, tanto los Dioses del Caos, como el Dios Cadáver, como los diferentes dioses xenos. Ahora sirvo al único dios que lo sabe, que quiere aniquilarlos a todos y cuando lo consiga se destruirá a sí mismo"

- Deshena, la Matriarca de los Parias

Informe Deshena

A: Inquisidor Thorzeus

Desde: Acólito Phorkteo

Fecha: 927.M41

Asunto: Investigación sobre el demonio Deshena 

Pensamiento del Día: El miedo es inevitable frente al terror absoluto, más no la cobardía.

Como me solicitasteis he elaborado el informe al respecto del origen de la criatura de la Disformidad conocida como Deshena.

Debo destacar en primer lugar la extrema dificultad de encontrar rastros del objetivo, pues gran parte de la información al respecto se encuentra entremezclada con los relatos de pesadillas y leyendas populares de distintos mundos.

Sin embargo descubrí para mi consternación que todas estas leyendas tienen el mismo patrón casi exacto; una mujer o una niña de enorme potencial psíquico, extremo sufrimiento (o traición) a manos de agentes del Imperio o de las fuerzas del Caos, auxilio por parte del Exiliado para ver cumplida su venganza y la conclusión salvaje de la misma. Tras lo cual resurge como una entidad de la Disformidad.

Procedo pues a narrarle los tres relatos más representativos al respecto de la Matriarca del Odio, sin embargo hay que tomar en cuenta que hay miles de historias similares a lo largo de todo el Imperio. Seguramente también más allá del mismo:


Primera historia, la Desollada 

Los chamanes del Mundo Salvaje de Xerar cuentan el cuento de la Desollada. Según dicen, la Desollada fue una valiente líder guerrera que condujo a la tribu Xer, de intransigente fe imperial, a la batalla contra la tribu Olget por disidencias religiosas.

Cuentan que la guerra resultante duró décadas de sufrimiento a manos de los excepcionales guerreros enemigos, así fue como año tras año los Xer fueron poco a poco expulsados a su valle y arrinconados. Cuentan sin embargo que cuando los Olget se disponían a aniquilar a su tribu en una batalla definitiva, la líder enemiga manifestó una grandes dotes de brujería que destruyó hasta al último de ellos en una tormenta de fuego plateado.

Sin embargo no hubo celebración, la supersticiosa tribu de los Xer aborrecía los dones de la Disformidad como pocos en el Imperio y se esforzaban en detectar a los psíquicos desde niños para quemarlos vivos. Pero en este caso la ofensa era en grado sumo al haber sido ocultados dichos poderes hasta la edad adulta, lo cual requería un extremo sufrimiento para que la tribu fuera perdonada por el Emperador.

Procedieron pues a atarla con espinos a su árbol sagrado, la drogaron para impedir que usara sus poderes, la despojaron de sus ojos, su nariz y su lengua, la desollaron lentamente y pusieron gusanos carnívoros en sus heridas. El sufrimiento duró años, quizá décadas, pues los hábiles sanadores de los Xer usaron todo su talento para evitar que le llegara el consuelo de la muerte.

Cuentan que durante todo este tiempo la Desollada nunca dejó de pedir al Emperador que la salvara pues era su fiel sierva, formando palabras mudas con su boca sin lengua. Pero siempre estaba con ella uno de los chamanes de su tribu para asegurarle que el Señor de la Humanidad la odiaba y deseaba su sufrimiento.

Y así hubo un día que la Desollada, llevada hasta los límites de la agonía más atroz empezó a hablar al tiempo que sonreía, con un ser que al parecer sólo ella escuchaba. No se sabe la propuesta que recibió, solo que la aceptó.

Que sucedió la noche en la que la Desollada aceptó el pacto no se sabe, solo se sabe que días después todo hombre, mujer y niño de su tribu aparecieron atados a los árboles de su valle con espinos. Desollados, sin ojos, nariz y también sin lengua.

Las otras tribus no volvieron a acercarse jamás al valle de los Xer. Sin embargo, aquellos que pasan por sus cercanías juran que cientos de años después aún pueden escucharse sus lastimosos gemidos de sus bocas sin lengua.

Desde entonces todas las tribus de Xerar matan a todos sus miembros al llegar a la treintena mediante desollamiento ritual en una agonía que dura días. Así actúan estos fieles al Dios Emperador para aplacar a la Desollada.


Segunda historia, la esclava despechada

Un soldado traidor llamado [censurado] del Militarum Traitoris del [censurado] me contó bajo interrogatorio una historia que apunta a la Matriarca del Odio.

Según dice [censurado] hubo una esclava hechicera en el propio Ojo del Terror, nacida bajo la adoración de [censurado] y fanática creyente del mismo.

El relato cuenta que dicha esclava era sumamente importante y favorecida por su amo, un hechicero de la XV Legión llamado Amphorneth. La colmaba de favores y consentía sus abusos contra los esclavos inferiores, a los que mataba y manipulaba con impunidad.

Así fue durante una noche en el Ojo que duró un siglo, la esclava participó en cientos de guerras junto a su amo. Tan meteórico fue su ascenso que incluso Amphorneth, un hechicero astartes, empezó a temerla pues el poder psíquico de su esclava era claramente superior a ella, así como su hambre de conocimientos. Sin embargo la lealtad de la esclava a su amo era en apariencia inquebrantable.

Fue en la última de estas guerras cuando la esclava fue apresada por el enemigo, astartes herejes de la III Legión. Durante una emboscada los sirvientes de [censurado] la suprimieron psíquicamente mediante su armamento sónico específicamente preparado para ella. Por supuesto todo fue una maniobra orquestada por Amphorneth para librarse de la esclava que podría superarlo, sin que ella pudiera prever la maniobra.

Los tormentos que sufrió la esclava a manos de los cultistas de [censurado] no se conocen con exactitud. Pero se pueden intuir por las ondas de choque psíquicas que pudieron sentir miles de hechiceros a lo largo del Ojo del Terror, en ellas expresaba sufrimiento y desesperación pura, parece ser que vulneraron no solo su cuerpo sino también su esencia más íntima.

En dichas ondas de choque también llamaba a su señor, el hechicero Amphorneth, en busca de un auxilio que nunca llegó. No sabía que su antiguo amo disfrutaba del destino al que la había condenado, hasta que súbitamente un día las señales psíquicas que emitía la esclava cesaron abruptamente.

No se sabe cuánto tiempo pasó desde entonces, pues el mismo concepto del tiempo no tiene sentido dentro del Ojo del Terror. Solo se sabe que la partida de guerra de la III Legión no volvió a ser vista nunca más por nadie y se desconoce su destino.

En cambio sí que se sabe que poco después Amphorneth recibió una fatal visita de la cosa que anteriormente había sido su anterior esclava, ahora era mucho más y a la vez mucho menos. Aquel ser tenía la piel completamente desollada, sangraba lágrimas carmesies desde sus cuencas oculares vacías y toda su carne estaba atravesada por clavos y alambre de espino. Se mantenía flotando en el aire gracias a las membranosas alas que ahora surgían de su espalda.

Pero lo peor era algo inmaterial, el aura radiante de odio y terror que surgía de esa cosa. Así como su mirada fija desde su rostro sin ojos, implacable y oscura como un universo devorado por la oscuridad absoluta.

Según cuentan Amphorneth sigue vivo hoy en día, maldito con el eterno despertar. Aquellos que han logrado explorar su mente cuentan que vive atrapado en un ciclo en el que cree escapar de una pesadilla, solo para comprobar al poco tiempo que sigue hallándose inmerso en otro aterrador estado onírico. Dicha revelación puede tardar segundos o años en la mente del hechicero, pero mantiene la esperanza que le hará estar atrapado por toda la eternidad.


Tercera historia, la Colmena

En Mundo Colmena de Hobuner estaba situado en el Segmentum Obscurus. Con no menos de veinte ciudades colmena e innumerables siervos del Emperador. Se distinguía por su gigantesca producción de material bélico así como por su también basta exportación de raciones militares, con ambos recursos abastecían muchos de los innumerables ejércitos del Imperio.

Todo acabó cuando en el 971M35 sufrió una invasión demoníaca. Oscuros presagios vaticinaron este suceso apocalíptico; por ejemplo lluvia que se alzaba al cielo en lugar de caer de él, aumento significativo de las mutaciones entre la población, pictografías de santos imperiales cuyos ojos sangraban y bebés que nacían cantando alabanzas a los Dioses Oscuros.

Cuando la Disformidad finalmente engulló el planeta fue súbitamente y de manera implacable. Los ejércitos de los dioses de la Sangre y el de las Plagas surgieron de la Colmena Primus y se expandieron por el planeta como una plaga de langostas destruyéndolo todo a su paso. El pánico no tardó en hacer su aparición convirtiéndose en un enemigo incluso más veloz y destructivo que los ejércitos de demonios.

Todas las Colmenas del planeta, excepto una, fueron invadidas durante las primeras horas y antes de que terminara el primer día ya estaban sometidas por completo. Solo la Colmena Nonus Decimus pudo resistir gracias a sus ejércitos bien preparados y a sus defensas que fueron capaces de repeler los seres del inmaterium.

Años antes la Coronel Brisea del regimiento [censurado] del Militarum Tempestus había sido retirada del servicio al Emperador tras años de guerras, se le concedió ser la gobernadora de la Colmena Nonus Decimus en reconocimiento a su servicio ejemplar. Nada más recibir su nuevo puesto la anciana mujer puso su empeño en convertir sus dominios en dignos del servicio al Trono Dorado; primero introdujo el entrenamiento militar para toda la ciudadanía, amplió el ejército de la Colmena, mejoró su equipamiento e incluso creó un cuerpo basado en los Tempestus Scions. Cuando tuvo sus tropas preparadas ejecutó a todos los criminales de todos los estratos sociales e introdujo la férrea disciplina a la que estaba acostumbrada por ley.

Cuando años después las hordas demoníacas chocaron contra Nonus Decimus fue como si chocaran contra un muro. Los primeros asaltos sencillamente no tuvieron ninguna posibilidad ante los regimientos disciplinados y potencia de fuego abrumadora que se desplegaron contra ellos. Sin embargo los demonios no cejaron en su empeño y los dominios de Brisea se vieron obligados a luchar en una guerra de desgaste donde tenían las de perder. Una guerra que pocas Colmenas en el Imperio podrían haber afrontado.

Durante una eternidad en el Inmaterium Nonus Decimus resistió. Sus ejércitos destruyeron a los demonios, pero por cada monstruo que abatían había un millón para ocupar su lugar. Así fue como poco a poco pero de manera implacable las tropas de Brisea se vieron sometidas al desgaste, cada vez más soldados morían y cada vez escaseba más la munición a pesar del vertiginoso ritmo de producción. Cuando la moral flaqueó fue restaurada de inmediato de manera ejemplar y las tropas de la Colmena pasaron a temer más a su gobernadora que a los mismísimos demonios.

Sin embargo las tropas mortales tienen límites y tras una eternidad de guerra los demonios empezaron a internarse en la Colmena a pesar de que fueron eliminados casi de inmediato. La gobernadora sabía que sencillamente ya no podía pedirle más a sus soldados y que cambiaran las tornas terminarían siendo derrotados. Por ello decidió embarcarse en un plan desesperado que les daría la victoria o condenaría Nonus Decimus a sucumbir.

Así fue como en una noche sin estrellas Brisea se embarcó, en cien transportes Valikiria, con sus soldados Scions que ella misma había entrenado. Solo sabían que la invasión se había originado en la Colmena Primus y que era ahí de donde las criaturas disformes surgían, así pues fue ahí donde se dirigieron.

Se desconoce a qué infernales atrocidades se vieron obligados a afrontar Brisea y sus soldados, pues nadie volvió ni se recibió ninguna comunicación. Solo se conoce al respecto que la aguja de la Colmena Primus ardió en llamas y en poco tiempo toda la estructura, se sabe también que dejaron de surgir demonios de ella y que poco a poco en el cielo de Hobuner volvieron a verse las estrellas a medida que la Disformidad se retiraba.

Cuando se restauró el contacto con el Imperio no hubo celebración, el Ordo Malleus era consciente de lo sucedido por lo que decidió ejecutar un bombardeo vírico sobre Hobuner sin contemplaciones, con armas diseñadas para matar solo a los humanos. Cuando no quedó nadie vivo en el planeta se repoblaron las ahora vacías colmenas y en pocos años su impresionante producción volvió a estándares anteriores.

Hoy en día Hobuner es un mundo de gran importancia estratégica dentro del Segmentum Obscurus para la maquinaria de guerra del Imperio. Sin embargo se ha desarrollado una curiosa tradición, ciertas personas deben cortarse la lengua después de sufrir una horrible pesadilla en la que le atormenta una anciana mujer. Se dice que si no hacen tal sacrificio condenarán a su familia a una muerte horrible.

El Adeptus Ministorum ha calificado dicha práctica como una superstición inofensiva y de la que no hay que preocuparse. No obstante, cualquier estadista podría comprobar que una familia en la que no se haya cumplido este sacrificio es destruida por una serie de accidentes fortuitos, como si la misma muerte les persiguiera. Algunos ejemplos de esto son los techos que se desploman, remaches que salen disparados como una bala, un tropiezo que les precipita a la muerte, ahogamientos en platos de sopa o incluso combustión espontánea.


An t-saogh'l deamhain (La Fagocitación)

Cuando todos los elementos fueron puestos en su lugar, renació aquella que sufrió tamaña injusticia y dolor a manos de los suyos.

Su segundo nacimiento fue en el Mar de Almas. Acunada por la desesperación y el dolor, alimentada de sufrimiento e injusticia, renacida del odio puro y el terror más avasallador.


Primero visitó a su benefactor el Exiliado, al que odiaba y por el que era odiada pues la naturaleza de ambos era odiarlo todo más allá de la comprensión mortal.

Él le cedió uno de sus huesos el cual fue arrancado con dolor y aullidos. Con el talló su espada, la llamó Innominada, destinada a segar a los esclavos de los Cuatro Traidores.

Durante una noche que duró un millón de años cuatro grandes demonios de los Cuatro Traidores la dieron caza, desafiando el destino de la Innominada. Deseaban cobrarse tan apetitosa pieza para satisfacer a su patrón y eso resultó en su odiosa fagocitación.


El primero fue aquél llamado Caleidoscopio Viviente. Trató de confundirla y manipularla con ilusiones y mentiras. Pero ella conocía el miedo que lo atenazaba en lo más profundo, el temor a ser manipulado por un ser más astuto y manipulador que él mismo.

Ella como Matriarca del Terror alimentó ese miedo, lo paralizó y lo dejó indefenso. Después lo sometió y devoró su corazón.


El segundo fue aquél llamado Sediento Carmesí. Trató de derribarla y someterla con su furia y poder marcial. Pero ella conocía el miedo que lo atenazaba en lo más profundo, el temor de ser derrotado y considerado indigno.

Ella como Matriarca del Terror alimentó ese miedo, lo paralizó y lo dejó indefenso. Después lo sometió y devoró su corazón.


El tercero fue aquél llamado Decadencia Jolgoriosa. Trató de corromperla y enfermarla con plagas y venenos. Pero ella conocía el miedo que lo atenazaba en lo más profundo, el temor de jamás ser amado sin forzar ese afecto.

Ella como Matriarca del Terror alimentó ese miedo, lo paralizó y lo dejó indefenso. Después lo sometió y devoró su corazón.


El cuarto fue aquél llamado Vicio Encarnado. Trató de tentarla y extasiarla con vicios y promesas de gloria. Pero ella conocía el miedo que lo atenazaba en lo más profundo, el temor al aburrimiento que le hiciera no sentir nuevas experiencias.

Ella como Matriarca del Terror alimentó ese miedo, lo paralizó y lo dejó indefenso. Después lo sometió y devoró su corazón.


Así fue como ella derrotó a los cuatro desafiantes, devoró sus corazones, absorbió su poder y a través de ellos parasitó a los Cuatro Traidores.


Extracto del eu-dòchas en la Biblioteca Negra

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